sábado, 10 de marzo de 2012

Si hay algo común en Cancún son las despedidas...




Vivir en el paraíso tiene sus encantos y sus desencantos, mucha gente viene de vacaciones, mucha más llega con ilusiones y al verse desilusionados terminan por irse y hay quienes nos hemos quedado un poco más de tiempo. Hoy mientras iba a recoger a mi hijo a casa de su papá, vi una despedida de esas en las que una pareja se dice adiós con maletas abrazos y besos... y entonces pensé en todas las despedidas que he vivido y lo que han representado en mi vida.

Normalmente nos cuesta mucho trabajo dejar ir a los seres que queremos, en cualquiera de las formas que la despedida es la que pueda darse. En el 2007 comencé a escribir mi blog, en ese año deje todo lo que había construido en mi vida, junto a mucha gente que por años estuvieron presentes, deje todo por un sueño, construir mi propia vida con quienes en ese entonces eran mi nueva familia. Con los ojos cerrados seguí al padre de mi hijo hacia un nuevo lugar lejos de mis seres queridos. Decir adiós en ese momento fue difícil, dos años después dije otro adiós que me cercenó el alma, pero que me impulsó a seguir adelante hoy en el 2012 y tras 5 años de vivir en este maravilloso paraíso he aprendido que las despedidas llegan en el momento justo, que si bien son dolorosas, siempre nos ayudan a seguir.

Después de estas etapas que han marcado mi vida, sé que habrá muchas más y momentos más difíciles en los que tenga que despedirme, pero ahora lo tomo y retomo como una circunstancia de vida. Hoy alguien me dijo que el mejor camino de la vida es el que estás recorriendo.

Vivo aprendiendo lo importante que es el desapego y finalmente también llegará el día de decirle adiós al mundo.