Se acaba el año y...

En estas fechas es casi imposible no hacer un análisis de lo que hemos pasado en el año. Así que el recuento de mi año:

Un divorcio, un corazón roto, ilusiones deshechas, expectativas sin sentido, golpe al ego y después de todo eso un corazón más duro y frío.

De salud no me quejo solo hice una parada en el doctor este año y nada grave, dos gripas y ya está.

De trabajo mucho, sin aumentos y cada día con más cosas por hacer, pero al fin con trabajo que es mejor que sin él.

La famila con sus altibajos, enfermedades, operaciones pero todo sigue el curso normal.

Un hijo maravilloso que poco a poco crece y madura en proporciones alarmantes... ok alarmantes solo para su mamá...

Hoy por hoy mucha nostalgia de esos festejos navideños en los que se reunía toda la famila y sha la la la la era una sana convivencia que hoy se añora... Y sobre todo es difícil saber que eso que tanto disfruté no lo tiene el Chilpa.

En fin, si pongo las cosas en la balanza estamos bien, perdí el amor pero encontré muchos amigos, algunos momentáneos algunos del corazón.

Este año empezamos proyectos interesantes, empiezo a darme mis oportunidades de ir más allá, de caminar sin miedo, y en momentos dejar de pensar para empezar a vivir.

Mi año fue atropellado, me caí muchas veces, y me he levantado, y todo esto me deja una buena lección, no importa lo que pase en mi vida siempre habrá que levantarse y continuar y allá enfrente cuando volteé a verlo que he superado no tendré más que sentirme orgullosa de lo que he logrado.